En un mundo donde la movilidad y el transporte son fundamentales para el desarrollo económico y social, es cada vez más importante buscar formas de hacerlo de manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente. El litio se postula como una de las formas más prometedoras de conseguirlo.
El litio es el metal más ligero de la tabla periódica, de color blanco plateado y muy reactivo. Se encuentra en la naturaleza en forma de sales, especialmente en suelos salinos y rocas ígneas. Es un elemento muy utilizado en la industria química, farmacéutica y electrónica, entre otras.
El litio se ha convertido en un elemento clave en la fabricación de baterías recargables, especialmente en las de iones de litio, por su alta capacidad energética y su bajo peso. Esto lo ha convertido en un componente fundamental en la creciente industria de la movilidad eléctrica, al ser la principal fuente de energía de los vehículos eléctricos.
Además, se espera que el uso de la energía eléctrica en el transporte se expanda en el futuro, ya que es una alternativa viable y sostenible a los combustibles fósiles, reduciendo la dependencia de los mismos y emitiendo menos gases de efecto invernadero.
Los procesos de producción de las baterías de litio son complejos y requieren una gran cantidad de recursos naturales y energéticos. Por ejemplo, para producir una tonelada de baterías de iones de litio se necesitan unos 125 kg de carbonato de litio, que se extrae con técnicas que afectan al medio ambiente, especialmente si se realiza en lugares sensibles desde el punto de vista ecológico.
Otro factor importante es el reciclaje de las baterías de litio, ya que su vida útil no es ilimitada. Estos procesos también requieren recursos y energía, y deben ser realizados de forma que minimicen su impacto ambiental.
El litio se presenta como una de las principales formas de conseguir una movilidad más sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Sin embargo, es importante tener en cuenta los desafíos y retos que implica su uso, y trabajar en la búsqueda de soluciones que permitan aprovechar sus beneficios minimizando su impacto ambiental y social.
La movilidad eléctrica y el uso del litio como fuente de energía son una apuesta por la sostenibilidad, la seguridad y la innovación, que pueden contribuir a la creación de un futuro más saludable y respetuoso con nuestro planeta.